La mano misma de la Diosa guía
la senda roja que mi espada escribe,
que en este filo de mi acero vive
el propio aliento de su voz sombría.
La Diablesa, a mí me llaman: fría
dicen que soy, pues mi pasión se inhibe
de más abrazo que el dolor, y exhibe
un largo brazo la venganza mía.
¡Venid a mí, si es que pisáis tan fuerte,
vos, entrañable y vanidoso amigo!
Venid a mí, que os pesaré la suerte,
os abriré en canal ese viril ombligo,
y aprenderéis de buena fe conmigo,
si amáis la vida, a no tentar la muerte.
Arriba: Ilustración de Rafael Vargas, coloreada y editada por Sword.
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